lunes, 15 de septiembre de 2008

Carlos Cano


Granada, 28 de enero de 1946 - 19 de diciembre de 2000.

Aunque las personas tenemos la facultad de expresar lo que sentimos ante cualquier situación, lo cierto es que, en general, casi siempre en nuestra opinión se refleja nuestro origen, esas raíces que nos vienen dadas por la historia que nuestros antepasados nos legaron y de la que hemos pasado a formar parte. Todo esto salvo excepciones, que también las hay. En este sentido, Carlos Cano fue un hombre como los que a mí me gustan: consecuente con sus orígenes. Y fue, por esto mismo, un poeta como los que a mí me gustan -independientemente de la calidad de su poesía-: todo emoción, todo militancia, todo entrega a un sueño de Paz y Libertad y Cultura. Y además, desprovisto de esa carga de dependencia que supone tener el carnet de un partido político.

"Ser andaluz, es una manera de vivir, más que una forma de ser", manifestó para describir su propia ideología. Cultivó estilos tradicionales, como el fado, pero, fundamentalmente, la copla andaluza, a la que situó en la modernidad librándola de su apropiación por el franquismo. Pensaba que la fe en la copla mueve montañas, y a esta tarea se entregó en cuerpo y alma... hasta que el cuerpo le falló y quedó varado poco antes de la Navidad del año 2000.

Fue emigrante en su juventud, ganándose la vida como mozo de hotel en Suiza, trabajando en Alemania en la imprenta del Der Spiegel, como marinero en el puerto de Rotterdam, y como albañil en Barcelona. Optó por ser cantante mientras estudiaba en la universidad. Animado por Lluís Llach y Enrique Morente comenzó a cantar en la universidad con voz trémula y memoria republicana, alimentada por el recuerdo de su abuelo, que fue fusilado al final de la guerra civil.

En 1972, invitado por la UNESCO, participa en un homenaje a Federico García Lorca, que se celebró en París. Por su asistencia a este acto, el entonces alcalde de Madrid, Carlos Arias Navarro (también conocido como el carnicero de Málaga) le declaró "persona non grata".

Además de la copla andaluza que siempre defendió y dignificó, Carlos Cano supo situarse siempre en defensa de la libertad y junto a los más débiles. Su postura fue clara, sin ambages, expresada siempre con esa libertad crítica que otorga el ser consecuente con una ideología que no se alinea con ningún partido, que no se hipoteca por un voto o por una ambición de poder. Y escribió y cantó canciones como este "Tango de las Madres Locas", que dedicó a las Madres que, en Buenos Aires, salían cada jueves a reivindicar que les devolvieran a sus hijos, secuestrados y desparecidos por la dictadura militar. "Con vida se los llevaron, y con vida los queremos".

(La fotografía y algunos datos biográficos, los he obtenido de: http://www.audiokat.com/, así como de Wikipedia).

TANGO DE LAS MADRES LOCAS

Todos los jueves del año
a las once la mañana,
junto a la Plaza de Mayo,
con lluvia frío o calor,
te esperaré vida mía
frente a la Casa Rosada,
la espina de tu mirada
clavada en mi corazón.


Me dicen que no te fuiste,
mi bien, que te desaparecieron,
que te vieron en la cuneta,
cantando el «Yira» de Carlos Gardel,
que de pronto te esfumaste,
que te borraron del mapa,
que ni siquiera naciste,
que medio loca mamá te inventó.


Con Malvinas o sin Malvinas
grito tu nombre por las esquinas
mientras que los generales
se dan al tango por los portales.
Tango de las madres locas.
Coplas de amor y silencio.
Con vida se los llevaron
y con vida los queremos.


Con Malvinas o sin Malvinas.
¿Dónde está Pedro? ¿Dónde está Lydia?
Con Malvinas o sin Malvinas
grito tu nombre por las esquinas.


Cada vez que dicen: patria,
pienso en el pueblo y me pongo a temblar
en las miserias que vienen
y en los fantasmas de la soledad.
Petronila, ¿qué te hicieron?
¡qué mala cara tenés!
-La que me dejó Videla
-A mí Galtieri, ya ves...


Con Malvinas o sin Malvinas
grito tu nombre por las esquinas
mientras que los generales
se dan al tango por los portales.
Tango de las madres locas.
Coplas de amor y silencio.
Con vida se los llevaron
y con vida los queremos.