viernes, 5 de diciembre de 2008

Poner "Pausa"

No descubrimos nada nuevo, cada vez que llegamos a la conclusión de que el ritmo de vida a que estamos sometidos nos desborda y, debido a ello, muchas veces, desembocamos en lo que solemos llamar estrés, cuando no caemos en algo peor. Los problemas cotidianos, generalmente pequeños, pero que al repetirse y reproducirse continuamente terminan por convertirse en una carga difícil de soportar. O los problemas graves, para los que, de tanto en tanto, no vemos solución. La prisa con la que los acontecimientos nos obliga a avanzar, para no quedar rezagados en esa carrera del saber y del tener. Todo, en un momento determinado, puede ser causa de un malvivir, de una ansiedad que nos impide centrarnos y gozar de las cosas buenas, que también las hay, pero que quedan en un segundo término tras la vorágine de aquello que nos agobia. En esos momentos de ansiedad, deberíamos tener la potestad de apretar un botón que dijese "Pausa" y, dejando de lado la vida azarosa, centrarnos solamente en un aspecto hermoso, abrir nuestros poros y dejarnos invadir de él. Sería, tal vez, el momento adecuado para buscar en nuestro interior nuestro propio yo y, si le encontramos, replantearnos con él nuestra vida, nuestras obsesiones, nuestras ambiciones, nuestros sueños y... llenarnos de Paz. Y a partir de ahí, convertir en costumbre esta maniobra de "Pausa", para así poder vivir de un modo bastante más gratificante.

Cualquier lugar puede ser bueno para apretar el botón. La Paz, muchas veces está en nosotros mismos, aunque no lo sepamos. Pero, puestos a buscar un sitio idóneo para que se manifieste, el mar -la mar- reune todas las cualidades. Sus aguas son poesía pura, el aire, las gaviotas, la arena. Merece la pena perderse por una playa desierta y abrir la mente y dejarla caminar, bailando con el ritmo del agua. Es tan hermoso como gratificante. Una experiencia que a todos nos puede beneficiar. Pues nada hay tan hermoso como encontrarse uno con sí mismo y reconocerse. Algo que el frenesí de la vida nos impide hacer.

MEDITERRÁNEA

De besos huérfano
de soledades harto,
vengo a buscar
junto a tu fina arena,
un poco de esa Paz
de que estoy falto.

Mediterránea
mi amante compañera.
Mediterránea
mi amor, mi mar.

Quiero tocar el azul que te pinta,
quiero beber la espuma que generas,
quiero gozar tu fiereza y tu Paz
y al ritmo cadencioso de tus olas,
como un niño que pierde su inocencia,
quiero hallar la verdad.

Mediterránea
mi amante compañera.
Mediterránea
mi amor, mi mar.

Vengo a tu lado
sediento de caricias
a contarte el tormento que me ahoga,
a susurrarle al viento que te mima,
cual sutil confidente,
las penas de mi alma soñadora.

Mediterránea
mi amante compañera.
Mediterránea
mi amor, mi mar.

Hoy junto a ti, al verte tan hermosa
siento mis soledades perderse en tu misterio.
Besas mis pies desnudos
y al sentir tu caricia
veo que no estoy solo
¡tú has venido a mi encuentro!

Mediterránea
mi amante compañera.
Son para mí tus olas viajeras
un bálsamo que calma mi ansiedad.
Mediterránea
mi amor, mi mar.

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