Cualquier lugar puede ser bueno para apretar el botón. La Paz, muchas veces está en nosotros mismos, aunque no lo sepamos. Pero, puestos a buscar un sitio idóneo para que se manifieste, el mar -la mar- reune todas las cualidades. Sus aguas son poesía pura, el aire, las gaviotas, la arena. Merece la pena perderse por una playa desierta y abrir la mente y dejarla caminar, bailando con el ritmo del agua. Es tan hermoso como gratificante. Una experiencia que a todos nos puede beneficiar. Pues nada hay tan hermoso como encontrarse uno con sí mismo y reconocerse. Algo que el frenesí de la vida nos impide hacer.
MEDITERRÁNEA
De besos huérfano
de soledades harto,
vengo a buscar
junto a tu fina arena,
un poco de esa Paz
de que estoy falto.
Mediterránea
mi amante compañera.
Mediterránea
mi amor, mi mar.
Quiero tocar el azul que te pinta,
quiero beber la espuma que generas,
quiero gozar tu fiereza y tu Paz
y al ritmo cadencioso de tus olas,
como un niño que pierde su inocencia,
quiero hallar la verdad.
Mediterránea
mi amante compañera.
Mediterránea
mi amor, mi mar.
Vengo a tu lado
sediento de caricias
a contarte el tormento que me ahoga,
a susurrarle al viento que te mima,
cual sutil confidente,
las penas de mi alma soñadora.
Mediterránea
mi amante compañera.
Mediterránea
mi amor, mi mar.
Hoy junto a ti, al verte tan hermosa
siento mis soledades perderse en tu misterio.
Besas mis pies desnudos
y al sentir tu caricia
veo que no estoy solo
¡tú has venido a mi encuentro!
Mediterránea
mi amante compañera.
Son para mí tus olas viajeras
un bálsamo que calma mi ansiedad.
Mediterránea
mi amor, mi mar.
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