sábado, 22 de diciembre de 2012

A la memoria de ANTONIO SERRANO SELVA

Ayer, Antonio Serrano Selva, imagino que harto de pelearse con la vida, nos dejó para siempre... o tal vez no nos dejó para siempre (que esto no es más que una frase hecha, un convencionalismo más a los que solemos acogernos para quedar bien). En realidad él nos ha dejado sólo hasta el momento en que nosotros lo olvidemos. A mí, personalmente me va a costar olvidarlo. Y no porque tuviera con él una gran amistad, que no la tenía; en realidad hace justamente un año que lo vi por última vez. Tampoco voy ahora a hacer uso aquí del recurso, que se utiliza siempre cuando se habla de alguien que ha fallecido, de ponderar sus virtudes y de decir que era una gran persona. No lo haré porque estaría incurriendo en un vicio que, estoy seguro que él no aprobaría. A mí, Antonio Serrano me pareció siempre un hombre íntegro; demasiado íntegro en ocasiones. De una integridad tal que a nadie podía dejar indiferente, y que seguramente le granjeó amistades y enemistades. En los últimos años, tal vez su carácter no era controlado por él mismo, y esto no siempre se entiende. Nos conocimos el año 2007, en las Aulas de la Experiencia de la Universidad Miguel Hernández. Allí participó en el recital que ofrecimos al poeta Miguel Hernández... y en los sucesivos. La poesía era para él mucho más que un pasatiempo, supuso un motivo, un aliciente que le hacía sentirse vivo, que le motivaba. Más tarde firmó los estatutos para constituir la Asociación Cultural “Caminos” y participó en los recitales conmemorativos del centenario del nacimiento de Miguel Hernández. Ponía pasión en cuanto hacía. La poesía, leída por él, llegaba al público perfectamente interpretada. Nunca se le pudo reprochar que viese sólo letras al mirar el papel impreso. Él transformaba las letras en la intención, la emoción y el paisaje que sin duda el poeta había querido transmitir, y todas esas sensaciones llegaban perfectamente al público. En todos estos años (de 2007 a 2010... e incluso 2011) he tenido muchas conversaciones con él y también muchas anécdotas. Siempre supimos respetarnos, a pesar de –en muchos aspectos- pensar muy diferente. Hablamos de religión. Él no entendía por qué yo no era creyente; pero nunca me presionó. A veces me decía: “Gracias al que está arriba...”, y yo le respondía: “¿Me hablas de un palmerero...? Entonces, él en lugar de enfadarse, se reía. A su manera, Antonio Serrano también era un poeta. En este aspecto, la poesía supuso también para él un válvula de escape, un medio por el que desarrollar su creatividad, su sensibilidad. Escribía poemas, fundamentalmente dirigidos a las personas que estimaba. Yo tuve la suerte de recibir de él este poema que guardo desde entonces, y ahora más, como el regalo de un amigo querido:

LA INSPIRACIÓN

Si quieres vivir poesía
con maestría y primor,
en la Universidad de Elche,
encontrarás la mejor.

Se dice con gran dulzura;
con fuerza y admiración;
y todos sus componentes
cada vez, lo hacen mejor.

Cuando hay que recitar,
se hace con tal pasión,
que imposible es mejorarlo
de una forma superior.

Cada cosa en esta vida
tiene una explicación;
y en este caso la tiene,
el que estamos inspirados
por un ser muy superior.

Él, siente la poesía
de una forma magistral;
y ello nos hace sin duda
que al salir a recitar,
lo hagamos con ilusión
pensando en los demás.

Esta persona en cuestión
por su manera de ser,
pasa siempre inadvertido
dada su gran sencillez.

Y cuando alguna duda existe
cuando hay que recitar,
siempre se acude al mismo hombre,
¡¡al señor Pepe Adsuar!!

Indiscutiblemente, en este poema, me pone unas cualidades que tal vez no merezca, pero lo que si leo en él es respeto y amistad, dos grandes cualidades que nos unieron. Insisto en lo que dije al principio: Antonio Serrano estará entre nosotros mientras que nosotros nos acordemos de él. Ya forma parte de nuestra historia. La vida nos trae muchas vivencias, pero el final es inexorable, siempre llega y, en la mayoría de ocasiones, con sufrimientos y dolor. Él ya no sufre, pagó su cuota con creces. Como dejó escrito Miguel Hernández, es “alto de mirar a las palmeras”. Ojalá recordemos siempre –perdonando, que de humanos es perdonar, los momento malos- todos los momentos buenos que con él hemos compartido. Y que así permanezca en nuestra memoria... hasta que la vida quiera.

jueves, 29 de noviembre de 2012

NAVIDAD (Patricio González Caballero)


                           A mis nietos.


Jugaban los niños,
a la Rueda  Rueda.

Hay desorden en la escuela
de la pequeña ciudad,
saltan y gritan los niños.
Ha llegado Navidad.

Muge la vaca en el prado,
bala la cabra y la oveja,
al calor del fuego el gato
dormita sobre una estera.

Y los niños en la escuela
ausentes del día a día,
dibujan sus ilusiones,
después las dotan de vida.

Ha llegado Navidad
a sus tiernos corazones.
Dos niñas en un rincón
dialogando sigilosas.

-Mi abuelo me ha dicho un día,
que ha visto un caballito alado
galopando por la niebla,
cargado de chocolate,
de juguetes y de estrellas.
Que salía de las montañas,
rompiendo la nieve quieta.
En su lomo trae regalos,
de Reyes y Noche Buena.
 
La otra niña le asevera:
-¡Son tres reyes en camellos
guiados por una estrella!

-Sí. Pero eso ocurre allaaaaaa…
                            muy lejos,
donde la nieve no llega.

-¡Que me lo ha dicho mi abuelo!
Que por los campos nevados
no saben ir los camellos.

Mana alegría de sus ojos,
de sus caritas pureza,
de sus tiernos corazones
dulzura, amor y belleza.

Un manto de nieve blanco
está cubriendo las eras,
los ríos montes y valles
y las casas de la aldea.

Desciende ociosa la nieve
para que el viento la meza.
La noche abraza  los campos
antes de cerrar sus puertas.

Ignorando el día a día
viven los niños la escuela,
hablan con sus ilusiones.

Jugando a la Rueda Rueda.

                                         NAVIDAD   2012

 

sábado, 20 de octubre de 2012

Descubriendo a Federico García Lorca

Seguimos avanzando. Y continuamos aprendiendo y descubriendo. Nuestro primer escalón fue Miguel Hernández. Él nos proporcionó argumentos que nos hicieron desear saber más, hacerlo mejor. Con Miguel Hernández asumimos el reto de pretender -a pesar de nuestra edad y nuestras carencias- aprender a recitar, entender la poesía y, desde el respeto más profundo, amarla, impregnarnos de ella y, asumiendo el papel de esponjas, recoger todo su sentido y exprimirlo, para hacerlo llegar al público. El tiempo ha pasado, el público -nuestro público- nos ha premiado con su confianza y amistad; las instituciones -algunas- ya van tratándonos con cierta consideración. Nuestro rol está siendo admitido y valorado. A pesar de todo ello, lo que realmente nos importa -en mi opinión- es la valoración que nosotros mismos hacemos de nuestro trabajo, lo que nos une, lo que aprendemos no sólo de los poetas, sino de nosotros mismos, de la experiencia que poco a poco vamos acumulando. La Asociación Cultural "Caminos" ha de ser, cada día más, un nexo de unión, un lugar común que nos proporcione el placer de aprender dando, no sólo recibiendo. Cada uno de nosotros aporta su modo de entender, su modo de hacer. Y todos juntos ofrecemos el resultado de esas escasas dos horas semanales en que nos podemos reunir. Después de Miguel Hernández vino Mario Benedetti: una experiencia nueva, otro escalón más en nuestra formación, otro modo de hacer poesía y de trasladarla al público. Siempre, al principio, cuesta asumir lo nuevo, deshinibirse de lo anterior. Pero cuando se asume, la emoción nos llena de estrellas la mente, nos hace felices. Recitar se va convirtiendo en una necesidad, y hacerlo es cada vez más un placer. De las emociones de Mario Benedetti hemos pasado a las de Federico García Lorca. "Amigo Federico" nos ha descubierto nuevos caminos y nos ha propuesto metas más exigentes. Todos habíamos oído hablar de Federico García Lorca, sabíamos quien fue, conocíamos de su trágica muerte... Pero de su poesía apenas sabíamos nada. Hoy, después de un año de ensayos, no somos una autoridad en el tema, pero sí que algo hemos aprendido. Fundamentalmente hemos abierto la puerta, nos hemos deslizado al interior y estamos en condiciones de seguir conociendo y aprendiendo. Ese es el principal beneficio que obtenemos a la hora de proponernos conocer un poeta. Y es lo que intentamos ofrecer cuando se nos permite recitarlo en público. En nuestro recital "Amigo Federico" no se ofrece sino una parte muy pequeña de su monumental obra. Pretendemos que sea para el público, de igual modo que lo ha sido para nosotros, el aperitivo que abra el apetito de conocer más. Y es tánto lo que hay por conocer!

"Amigo Federico" (Recital de Poesía y Teatro), se representará el 27 de octubre en la Casa de Cultura de La Romana, y el 2 de noviembre en la Casa de Cultura de Santa Pola.

(En la fotrografía, Trini Seller y Severino Pacheco representando una escena de "Mariana Pineda".

martes, 10 de julio de 2012

AUTORRETRATO



Por PATRICIO GONZÁLEZ


Trepé hasta la cumbre más alta.

En la oquedad de la roca hallé la fuente

de la que brotaba el agua, pura, trasparente.

 No sacié mi sed  para no mancharla.



Los recuerdos son la sombra del dolor y

la humedad del llanto empapa el alma.

Bajo una sombra larga.

                          Siento frío en el corazón.           

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Escalo a paso lento la ladera fría.

Los carámbanos penden del saliente de la roca.



            ¿Qué habrá más arriba?



El silencio se confunde con el eco en mis oídos

y el viento acarrea las palabras;

aquellas palabras.

                   ¿Cuánto tiempo?

                                          Nos dijimos.



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La gaviota riza el viento jugando con su ley.

El sol reseca la piel y la esperanza.

La playa, el velero, la arena, la ola, la espuma…

             Un sueño en el centro de la nada desierta.



No hay velero, ni ola, ni espuma, ni arena.

Sólo la gaviota jugando con el viento.

              Por el ancho cielo.
                                             ¡Se aleja!  

miércoles, 27 de junio de 2012

Con tristeza, desde la frustración y la impotencia


Acabo de oír la noticia emitida por la emisora de radio local. Por fin va a consumarse el destierro: el legado de Miguel Hernández va a ser trasladado a Quesada (Jaén), localidad donde nació Josefina Manresa, esposa del poeta. Josefina Manresa, la que un día dispuso que este legado permaneciera en Elche, su pueblo de adopción, y cuya memoria ha sido claramente vulnerada no sé si por algunos... o por todos, aunque esto poco importa ya. Desde que empezó la controversia (legado sí, legado no) son muchas las declaraciones que han podido leerse y escucharse, todas ellas llenas de razones... de razones económicas. Razones económicas que, en algunos casos, dejaban rezumar un apestoso vaho político. Todas estas razones –TODAS- no sirven para enmascarar la más triste de las realidades: la dejadez mostrada por los estamentos culturales (si es que los hay) y la indiferencia de la sociedad en su conjunto, a quien interesa mucho más –inmensamente más- el que no prohíban el lanzamiento de “carretillas” en las fiestas, que este tema menor de un legado que, al parecer piensan que sólo serviría para enriquecer a unos señores y para endeudar a la ciudad. Sé que ahora se levantarán voces de rebeldía, voces donde predominará la impotencia (hasta podría decir sus nombres) de no poder hacer nada, de que todo su esfuerzo de muchos años ha sido en vano. Entre tanto, quienes deciden, se reirán, mientras que esperan brevemente que el tiempo cicatrice la herida. Yo, que entiendo muy poco de componendas político-económicas, pensaba en mi ignorancia, que tal vez la Universidad, que lleva el nombre del poeta, haría prevalecer su peso –no político- para gestionar, con toda dignidad ese patrimonio. No sé si eso sería posible, pero lo cierto es que no he escuchado ni leído semejante posibilidad. Y me pregunto: ¿dónde mejor, que en la universidad, para custodiarse, estudiarse y difundirse estos materiales? Pero la universidad, no sé con qué criterios, no habla. En su silencio, ¿hay también razones políticas? Si así fuera, con buen criterio, debería cambiar su nombre. Elche va a ver, indiferente el nuevo destierro del poeta. Como la historia se repite, mantendrá la misma actitud que mantuvo cuando, en otro tiempo, vendieron la Dama de Elche. Y es posible que, quienes puedan verlo, asistan dentro de un tiempo al triste espectáculo de pedir que les dejen gozar temporalmente de un patrimonio al que han renunciado, del mismo modo que ahora pide el regreso de la Dama que vendieron. Tiempo al tiempo.
Miguel Hernández vuelve a Jaén, a cuyos olivares cantó con toda la fuerza de su poesía. Tal vez ésta fuera para él una buena noticia. Porque uno ha de estar donde se le respeta y estima. Y Elche, salvando honrosísimas excepciones, no ha estado a la altura.


ACEITUNEROS


Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?



No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.



Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.



Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.



Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?



Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.



No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.



Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.



¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!



Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?



Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.



Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.

sábado, 26 de mayo de 2012

Amigo Federico


Dentro de unos días, concretamente el 5 de junio, se cumplirán 114 años del nacimiento, en Fuente Vaqueros (Granada), de Federico del Corazón de Jesús García Lorca. Un genio que sería brutalmente asesinado 38 años después. Aún pudo, en tan corto espacio de tiempo, dejar constancia de sus dotes excepcionales como poeta y dramaturgo, elevándose su obra a lo más alto del teatro español, reconociéndosele mundialmente su categoría. Federico García Lorca, adscrito a la llamada generación del 27, es el poeta de mayor influencia y popularidad de la literatura española del siglo XX. Para tratar de esclarecer las posibles razones de su temprana muerte (si es que pueden existir razones para matar a un hombre) sería necesario analizar su pensamiento político. Nada más lejos de mis modestas posibilidades. Por posición social, podemos llegar a la conclusión de que no pertenecía a las clases más oprimidas, que podían, por necesidad, estar alineadas a la izquierda. Tenemos, eso sí, la posibilidad de conocer su obra: nada que ver, por ejemplo, con la de Miguel Hernández, que puso gran parte de la suya al servicio de sus ideas republicanas. La obra de Federico es eminentemente cultural. Es la obra de un intelectual puro. Su talento no parece sujetarse a ideas políticas, sino que emana del entorno. La opresión de las mujeres en un ambiente rural de aquella época (Bodas de sangre, Yerma, La casa de Bernarda Alba...) no son un invento, sino la recreación (magistral) en teatro de aquello con lo que se convive. Y qué decir de su poesía, gran parte de ella enraizada también con su entorno andaluz: los toros (Ignacio Sánchez Mejías), los gitanos (Antoñito el Camborio). Toda una obra en la que se eleva a la categoría de protagonista (brillante protagonista) todo el entorno popular. Y todo ello hecho con una maestría que hoy, cerca de cien años después, su obra inagotable aún permanece en la cima de la literatura y la dramaturgia. Y no tiene visos de que pueda decaer. Todo ello me lleva a pensar que su muerte pudo ser provocada por un error o –y tal vez esto sea lo cierto- o por la reacción de unas mentes estrechas y miserables. Al matar a Federico, no asesinaron solamente a un hombre, sino que propiciaron un terrible bofetón a la cultura. Esa es la prueba más fehaciente y clara de la catadura moral de quienes perpetraron el asesinato.

El día 12 de junio, 114 años después de su nacimiento, sin rencores que nos enturbien la voz pero con el ansia enorme de recordar la obra del maestro, nuestra asociación (Asociación Cultural “Caminos”) vamos a ofrecer un recital: "AMIGO FEDERICO", haciendo un breve recorrido por la poesía y el teatro que nos legó. Será en la Universidad Miguel Hernández (Campus de Elche). La universidad, ligada como debe ser al conocimiento y la memoria, es sin duda el foro más adecuado para esta modesta evaluación. Ojalá nuestras voces sean capaces de deshojar correctamente algunas de las palabras que Federico García Lorca dejó escritas.

SI MIS MANOS PUDIERAN DESHOJAR

Yo pronuncio tu nombre
en las noches oscuras,
cuando vienen los astros
a beber en la luna
y duermen los ramajes
de las frondas ocultas.
Y yo me siento hueco
de pasión y de música.
Loco reloj que canta
muertas horas antiguas.
Yo pronuncio tu nombre
en esta noche oscura,
y tu nombre me suena
más lejano que nunca.
Más lejano que todas las estrellas
y más doliente que la mansa lluvia.
¿Te querré como entonces
alguna vez? ¿Qué culpa
tiene mi corazón?
Si la niebla se esfuma,
¿qué otra pasión me espera?
¿Será tranquila y pura?
¡Si mis dedos pudieran
deshojar a la luna!

jueves, 26 de abril de 2012



PATRICIO GONZALEZ CABALLERO

POEMAS

Si a mí me quisieras tú

Mujer, si tú me quisieras,
mía sería la luna
con mil rosas en el centro,
que yo pondría una a una
las mil rosas en tu cuerpo.

Me sentiría un atlante
aunque no me lo pidieras,
mis hombros serían la base
del quinto pilar de la tierra.

Mujer, si tú me quisieras.

En tus ojos la luz brilla
tus dientes son como perlas,
arreboles tus mejillas
me enloquecen tus caderas.

Mujer, si tú me quisieras.

A veces me siento ufano
sé que eres mi quimera
¡mil rosas! aquí en mis manos
viéndolas como se secan.

Mujer, si tú me quisieras

Como un torrente de luz
volvería mi vida a ser,
atrás quedaría mi cruz
en un nuevo amanecer.

Si a mí me quisieras tú.


Arcano

El cantar del agua de los manantiales
los regatos, los ríos y las fuentes,
en unos labios palabras coherentes
y en mi patio aroma de rosales.

Alma agua, es la vida en los mortales
agua de nieve, fría, pura y transparente,
alma, oculta en la luz inteligente
bella como el agua de los manantiales.

El silencio abstracto de una boca
el pensamiento opaco de una mente
ímpetu de ola estrellándose en la roca.

Alguien vaga solo entre la gente
Afrodita, Atenea, al errante descoloca,
¡Ay amor! Tú eres del río la corriente.


En memoria las campanas de las iglesias de
todos los pueblos pequeños de España

Campanas de la Aldea Quemada
ecos de historia y de armonía,
por siempre en la memoria mía
música en mi alma enamorada.

Al pastor y su rebaño en la majada
al gañán y su yunta al rayar el día,
al hombre del olivar en la mañana fría
al cante arriero de la madrugada.

Fuisteis llanto ante la muerte
alegría fiel en los nacimientos,
compañeras del pueblo y de la gente.

Si callaran vuestra voz otros eventos,
¡qué soledad en el campo! Diferente.
¡Qué silencio gris entre los muertos!


El mar y el amanecer

Muchos días veo la aurora
la luz del amanecer,
el sol calienta la piel
ante el mar que me enamora.

A ti, compañera amada.
¿Dónde estarás escondida?
Estoy pasando la vida
soñando con tu mirada.

¡Ay amor!, ¿por qué me dejaste a la deriva?
Sólo en medio de la nada.

Yo sé bien como quisiera
poder mirar a mi lado,
con ojos de enamorado
por siempre a una compañera.
Compañera no una esclava.

Libre lo mismo que el alba
quiero yo en mi compañía,
que su libertad sea la mía
bajo nuestra sombra larga.

Qué fácil sobre el papel.
Qué difícil lo real,
cuando se acerca el final
para el hombre y la mujer.

Amor, compañía, soledad, silencio,
destierro dentro de tu propia casa.
¿Qué hago aquí?, ¿a dónde voy.?
Sólo sé de dónde vengo.

Paralelos sentimientos
quiero a mi lado sentir,
siento ansias de vivir.
Vivir, por fuera y por dentro.


Hay una silla vacía...

Hay una silla vacía en torno a mi mesa.
Hay un espacio en mi alma que nadie ocupa.

La soledad me hiere, me oprime, me agobia.
¿Por qué no te olvidé mujer? Quiero olvidarte. ¡No puedo!

En mi sueño de noche veo una luz en la distancia.
Una luz más allá de las estrellas. Mucho más allá.

Intuyo un alma que bulle en torno a mi alma.
¿Por qué la intuyo si nunca he podido verla?
Sé que tanta luz y tanta opaca la nitidez de mis ojos.

Me siento atrapado en las redes de la soledad.
Soledad. ¿No sé si te amo? Mi fiel compañera
de olvido, sufrimiento y llanto.

Ahora que estoy más cerca del final que del principio.
Ahora que nada puedo pedir, que nada puedo ofrecer.
Sólo la ignorancia osaría pedirme algo de lo que no me queda.

Tal vez esperanza. ¿Esperanza de qué? Cuando esa luz que
en mi sueño aparece en la distancia, cada día es más brillante.
Si me queda. Un estimulo interior al mirar al cielo en la noche,
entre penumbra y silencio, donde no están, pero yo los veo;
aquellos ojos verdes, aquel pelo dorado, aquella piel canela,
aquellos labios rojos...

Naufrago soy en este mar de recuerdos perdidos en el
tiempo, confusos los reales con los que no lo fueron.
Embarcado voy en mi ventura sin comprender.
Donde termina mi delirio... y donde empieza mi locura.

lunes, 9 de enero de 2012

"Medio pan y un libro"


Por Betty Oreggia

Parece mentira que los pensamientos valiosos, aunque se hayan escritos muchos años atrás estén siempre vigentes, coincido totalmente con lo expresado por este grande de España, Don Federico García Lorca, a quien cada día admiro más.

Discurso de Federico García Lorca al inaugurar la biblioteca de su pueblo con plena vigencia 80 años después...

Medio pan y un libro

Alocución de Federico García Lorca al pueblo de Fuente Vaqueros (Granada) en septiembre de 1931:

"Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. «Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre», piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión. "Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada. "No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social. "Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros? "¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: «amor, amor», y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: «¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!». Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida. "Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: «Cultura». Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz".

(A PUNTO DE CUMPLIRSE 81 AÑOS DE AQUEL DISCURSO, CUALQUIER SEMEJANZA CON LA ACTUALIDAD, NO ES PURA COINCIDENCIA).

martes, 3 de enero de 2012

Joaquín Sabina. - Contigo



Querer y no querer no tiene nada que ver con amar, o con no amar. Pero esto, que se nos escapa a la mayoría de los mortales, sí que lo tienen claro los poetas. Por eso los envidio tanto. Es tan hermoso ser poseedor de la palabra justa, la que se acopla sobre todo, a los sentimientos, esas emociones íntimas que nos sonrojan, que nos negamos a compartir sobre todo porque no sabemos cómo hacerlo. Expresar en palabras aquello que se siente, es sólo potestad de los poetas. De los de antes y de los de ahora. Joaquín Sabina, con su verbo claro, expresa cómo entiende él el amor sin rutinas. El amor con dolor, pues amar significa también renunciar, no sólo es poseer. Amar es sentir como propio el dolor ajeno, aunque la palabra ajena suene tan mal referida al amor: “Y morirme contigo si te matas / y matarme contigo si te mueres / porque el amor cuando no muere mata / porque amores que matan nunca mueren”. A mí me emociona leer estas cosas, pensar en ellas, llevarlas a mi vida... Pero, sobre todo, admiro a quien sabe exportarlas desde su interior y hacerlas patrimonio de la humanidad. Ojalá que en este año que anteayer empezamos, consigamos amar mucho, aunque nos duela, porque en el fondo –que es donde se cuece todo lo bueno- estaremos dándole a nuestra personalidad un toque más humano.

CONTIGO

Yo no quiero un amor civilizado,
con recibos y escena del sofá;
yo no quiero que viajes al pasado
y vuelvas del mercado
con ganas de llorar.
Yo no quiero vecinas con pucheros;
yo no quiero sembrar ni compartir;
yo no quiero catorce de febrero
ni cumpleaños feliz.
Yo no quiero cargar con tus maletas;
yo no quiero que elijas mi champú;
yo no quiero mudarme de planeta,
cortarme la coleta,
brindar a tu salud.
Yo no quiero domingos por la tarde;
yo no quiero columpio en el jardín;
lo que yo quiero, corazón cobarde,
es que mueras por mí.
Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.
Yo no quiero juntar para mañana,
no me pidas llegar a fin de mes;
yo no quiero comerme una manzana
dos veces por semana
sin ganas de comer.
Yo no quiero calor de invernadero;
yo no quiero besar tu cicatriz;
yo no quiero París con aguacero
ni Venecia sin ti.
No me esperes a las doce en el juzgado;
no me digas "volvamos a empezar";
yo no quiero ni libre ni ocupado,
ni carne ni pecado,
ni orgullo ni piedad.
Yo no quiero saber por qué lo hiciste;
yo no quiero contigo ni sin ti;
lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes,
es que mueras por mí.
Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.