martes, 3 de enero de 2012

Joaquín Sabina. - Contigo



Querer y no querer no tiene nada que ver con amar, o con no amar. Pero esto, que se nos escapa a la mayoría de los mortales, sí que lo tienen claro los poetas. Por eso los envidio tanto. Es tan hermoso ser poseedor de la palabra justa, la que se acopla sobre todo, a los sentimientos, esas emociones íntimas que nos sonrojan, que nos negamos a compartir sobre todo porque no sabemos cómo hacerlo. Expresar en palabras aquello que se siente, es sólo potestad de los poetas. De los de antes y de los de ahora. Joaquín Sabina, con su verbo claro, expresa cómo entiende él el amor sin rutinas. El amor con dolor, pues amar significa también renunciar, no sólo es poseer. Amar es sentir como propio el dolor ajeno, aunque la palabra ajena suene tan mal referida al amor: “Y morirme contigo si te matas / y matarme contigo si te mueres / porque el amor cuando no muere mata / porque amores que matan nunca mueren”. A mí me emociona leer estas cosas, pensar en ellas, llevarlas a mi vida... Pero, sobre todo, admiro a quien sabe exportarlas desde su interior y hacerlas patrimonio de la humanidad. Ojalá que en este año que anteayer empezamos, consigamos amar mucho, aunque nos duela, porque en el fondo –que es donde se cuece todo lo bueno- estaremos dándole a nuestra personalidad un toque más humano.

CONTIGO

Yo no quiero un amor civilizado,
con recibos y escena del sofá;
yo no quiero que viajes al pasado
y vuelvas del mercado
con ganas de llorar.
Yo no quiero vecinas con pucheros;
yo no quiero sembrar ni compartir;
yo no quiero catorce de febrero
ni cumpleaños feliz.
Yo no quiero cargar con tus maletas;
yo no quiero que elijas mi champú;
yo no quiero mudarme de planeta,
cortarme la coleta,
brindar a tu salud.
Yo no quiero domingos por la tarde;
yo no quiero columpio en el jardín;
lo que yo quiero, corazón cobarde,
es que mueras por mí.
Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.
Yo no quiero juntar para mañana,
no me pidas llegar a fin de mes;
yo no quiero comerme una manzana
dos veces por semana
sin ganas de comer.
Yo no quiero calor de invernadero;
yo no quiero besar tu cicatriz;
yo no quiero París con aguacero
ni Venecia sin ti.
No me esperes a las doce en el juzgado;
no me digas "volvamos a empezar";
yo no quiero ni libre ni ocupado,
ni carne ni pecado,
ni orgullo ni piedad.
Yo no quiero saber por qué lo hiciste;
yo no quiero contigo ni sin ti;
lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes,
es que mueras por mí.
Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.

2 comentarios:

azul dijo...

Bueno....qué puedo agregar con lo que escribe Sabina, nada!!, es un poema al amor de los fuertes, y llevarla a tu vida puede ser de un enorme sentimiento, en donde se entrelacen el goce, el sufrimiento y más, todo lo que conforma al AMOR.

Aila Jar dijo...

Lo más cierto de esta canción:
"Amores que matan nunca mueren".