lunes, 27 de mayo de 2013

PATRICIO GONZÁLEZ CABALLERO

 

También existe sin palabras

¿Le pregunte si me queria?
¡Nunca me contestó!
 
Advertí en su mirada, todo lo bello de la existencia.
Alegría, amor, humildad, libertad y sobre todo,
sed de seguir viviendo como único valor.
 
Cada día sin palabras me transmite
                                             un sentimiento agradable
                                    simpático y bonachón ¡De manera inenarrable!
Respeto de hermano a hermano, nos miramos,
nunca hablamos. ¿Para qué?
¡Si nos va bien a los dos!
 
                                  Da saltitos y se gira, el descarado me mira,
vuelve a girarse me pía, a corta distancia de mí.
Yo lo invito, con una mirada breve ¡Sin palabras!
Advierto cual es su anhelo y apenas ve que me muevo,
vibra sus alas y luego… parece vaya a reír.
 
Le sirvo arroz y se calla.
Picotea desaforado, yo nunca le he preguntado si
el servicio está así bien; las palabras ¿para qué?
Despues vuela hasta un tejado. Al poco vuelve otra vez.
 
Me ofrece y me siento amigo,
ni me dice ni le digo… decirnos ¿qué? ¿para qué?
Solamente con mirarnos, nos comprendemos los dos.
 
¿De qué sirven las palabras?
No es más feliz  quien más habla, ni cuida más el amor.
 
Gorrioncillo, inquieto, astuto animal. Me has hecho reflexionar.
¿De qué sirven las palabras si el viento las lleva al mar?
Escrituras, testamentos, firmas, testigos, promesas, juramentos;
si al paso de poco tiempo terminan por naufragar.
 
El calor de una mirada laureada con silencio,
la sonrisa de una boca, complicidad de unos ojos,
el tacto de una mano amiga sobre el hombro…
llegan hasta el corazón… para quedarse en el tiempo
como mi amigo gorrión.
 
              ¿De qué sirven las palabras?
 
                ¿De qué nos sirve la voz?                            Enero- 2013

 
 
Ayer… también es hoy                         

Soñar en la noche, es deleite,
pasajero placer imaginado,
asido a los despojos del pasado,
alivia las carencias del presente.
 
Añora el alma el amor ausente,
late el corazón desaforado,
a un gris otoño amordazado
y al rumor esquivo de la gente.
 
Cuando el ave enamorada nota el celo,
rompe el horizonte a buscar nido,
como el alma enajenada por el cielo.
 
Por un pasado mudo e indefinido,
busca el presente en su torpe vuelo
cenizas, en un fuego inextinguido.
                                         27-3-2013

  

Autorretrato

Trepé hasta la cumbre más alta.
En la oquedad de la roca hallé la fuente
de la que brotaba el agua, pura, trasparente.
No sacié mi sed para no mancharla.
 
Los recuerdos son la sombra del dolor y
la humedad del llanto empapa el alma.
Cuando mi sombra se alarga.
                          Siento frio en el corazón.           
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Escalo a paso lento la ladera fría.
Los carámbanos penden del saliente de la roca.
 
            ¿Qué habrá más arriba?
 
El silencio se confunde con el eco en mis oídos
y el viento acarrea las palabras;
aquellas palabras.
                   ¿Cuánto tiempo?
                                          Nos dijimos.
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La gaviota riza el viento jugando con su ley.
El sol reseca la piel y la esperanza.
La playa, el velero, la arena, la ola, la espuma…
             Un sueño en el centro de la nada desierta.
 
No hay velero ni ola, ni espuma ni arena.
Sólo la gaviota jugando con el viento.
              Por el ancho cielo.
                                             ¡Se aleja.!    
    19-5-2012


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