martes, 10 de febrero de 2009

La poesía, alimento para el alma


Por BETTY OREGGIA

El día 4 de febrero, me sentí muy orgullosa de participar en el homenaje al poeta Miguel Hernández, que se realizó en su ciudad natal, Orihuela. Fue algo sencillo, pero hecho con el alma. Compartimos un momento de regocijo, de complicidad con el poeta, y con los presentes.

Llegar a emocionarse con los versos de un poema, es conectarse con el autor, revivir las emociones que sintió cuando cuando plasmó en papel sus pensamientos, es darle de comer al alma.

Cuando escuché tus versos
por vez primera,
me sentí española
aunque no lo fuera.

Sentí el olor de la hierba
pisada por las cabras,
vi el verde de las olivas,
el rocío de las mañanas.

Sentí el dolor
de tus abarcas desiertas,
tu soledad, tu tristeza,
tu honda pena siempre abierta.

Sentí el sufrimiento
de tu estada en la cárcel,
tu lucha por la España,
que no valió nada.

Miguel, tu expresión
tu sentir, tus pensamientos,
tu vida, tus versos,
me llegaron al alma.

2 comentarios:

pp@dsuar dijo...

Maravilloso, Betty.

Mavi dijo...

Has plasmado con tu verbo fluido y cadencioso, el sentir que te inspira este gran hombre de la poesía del alma, un ser inimitable, auréntico, veraz, sencillo,cercano, bueno... del pueblo. Coincido contigo en la experiencia fantástica de "nuestro" recital en su memoria. un beso Betty