sábado, 7 de marzo de 2009

Dos poemas de Enrique Ruiz Gamo


Enrique es poseedor de un alma inquieta, de un corazón que echa humo. Todo ello unido, le hacen poseedor de una sensibilidad especial. Con ella, penetra en cada tema que le preocupa y nos ofrece su visión personal. Es un calidoscopio repleto de colores, que adopta imágenes diferentes según sea iluminado por la luz de la palabra que da vida al pensamiento. Hoy enriquece nuestro entorno al ofrecernos una oración y una reflexión.

A NUESTRA PATRONA

Virgen de La Asunción
que bajaste de tu cielo
para hacer tu aparición.
Elegiste nuestro pueblo
y te acogió con devoción.
Las voces limpias y puras
te cantaron una oración,
te coronaron Madre y Señora
de toda la Creación.




LA SOLEDAD

Si te hiere una pena
y se aloja en el alma,
qué más te da,
si el tiempo calla.

El silencio te hace presa,
y tu grito no se aloja
en la garganta de tu boca.
Y se abre una brecha.

En una soledad loca,
te inunda y te atropella.
Es huracán de viento y nada,
como un río de agua seca.

La soledad todo lo amarga;
es carne de luto y sombra;
es una escalera empinada y larga
y sus peldaños son piedras de fosa.

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