martes, 10 de mayo de 2011

Estados de ánimo


Los días van transcurriendo dentro de una tediosa mediocridad. El de hoy no es especial en este sentido. Por fin he conseguido poner la lavadora; la ropa está tendida en la terraza, ya completamente seca, esperando que yo acumule ánimos para subir a recogerla. Esto soluciona un problema y creará otro: la ropa ya estará limpia pero habrá que planchar parte de ella. El apartamento, por otra parte, continua acumulando suciedad de un modo sutil, pero implacable y sé que aún no estoy bien como para plantearme el limpiarlo. Mi pierna izquierda, después del último achaque, aunque apenas me duele, mantiene su rigidez impidiéndome caminar con soltura, impidiéndome planificar acciones que impliquen el mínimo esfuerzo, advirtiéndome a cada movimiento que puede castigarme con algo mucho peor si no le doy el reposo que me exige. Hasta que no ocurren estas cosas, uno no se da cuenta de qué modo el propio cuerpo puede erigirse en dictador, poniéndonos condiciones, cambiando nuestro modo de vida, impidiéndonos planificar como hubiésemos deseado. Mirando la calle, veo que hace un sol espléndido, y no puedo dejar de pensar cómo me gustaría caminar por el paseo, cerca de la mar, o bien por los senderos de la sierra, entre los pinos y barrancos. Cada día de primavera, sin salir de casa, parece un día perdido. Un día que se cuela por el inodoro impulsado por el agua que fragua nuestra frustración.

Sin embargo podría ser peor. Éste es el consuelo: podría ser peor. Enciendo el ordenador: reviso la correspondencia, elimino lo que no me interesa, respondo algún mensaje, entro en Facebook y procuro enterarme del estado de ánimo de la gente de mi entorno. Hago un crucigrama, leo un rato, preparo la comida y como, escucho la radio, duermo la siesta... En fin... son pequeñas cosas que me hacen sentir bien. Luego me ducharé (cuando recoja la ropa del tendedero), merendaré (serán cerca de las seis) y me iré a reunirme con mi compañera que me alegrará aún más la vida, pero que, si quiere pasear, deberá hacerlo sola, ya que yo todavía no puedo. Por todas estas cosas, debería dar gracias, aunque no sé a quién ni por qué. En cualquier caso debería sentirme satisfecho, ¿debería sentirme satisfecho? Tal vez sí, ya que podría ser peor. Pero desgraciadamente no lo consigo, al menos no lo consigo siempre. Mi estado de ánimo necesita nutrirse de otras rutinas o, al menos, gozar de libertad para escoger las que más me atraigan en cada momento. Ahora mi pierna –una parte de mi cuerpo- me impide esta libertad y ejerce sobre mí su dictadura, haciéndome sentir vulnerable y poco menos que nada.

ESTADOS DE ÁNIMO
(de Mario Benedetti)

Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas.

Unas veces me siento
como un acantilado
y en otras como un cielo
azul pero lejano.

A veces uno es
manantial entre rocas
y otras veces un árbol
con las últimas hojas.

Pero hoy me siento apenas
como laguna insomne
con un embarcadero
ya sin embarcaciones

una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,

sereno en mi confianza
confiando en que una tarde
te acerques y te mires,
te mires al mirarme.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola pepe . ja veig qué no estàs per a fer broma.I és qué una cama rígida no hi és qualsevol cosa.De vegades la mare naturalesa ens recorda qué hem de fer un alt en el camí.Peró no deixes afluxar l'ànim, tot passa. Hi ha qui te la ment rígida i és pitjor ( per als altres )En el qué es refereix a la neteja de la casa, pots penjar alguna rata-penada feta amb paperets i dir que tens una decoració "gore" o "siniestra".
la pols farà el complement.La imaginación al poder.Quan pugues ja ho llimpiarás tot.Ara reposa fins qué estigues bé.Es un consejo de Margarita Gotelé. La dama de Las Camellas.(Gratuito).

pp@dsuar dijo...

Les teves paraules, estimada "Margarita" em donen un munt de força. Si més no, m'han fet somriure, la qual cosa, a hores d'ara, em feia falta.

Lía dijo...

:)

pp@dsuar dijo...

Confieso mi ignorancia, Lía. Desconozco que has querido manifestar con tu mensaje. Bueno, tal vez quieras decir que has estado aquí, que no es poco. Gracias. A mí me ha servido para entrar a tu blog y conocerte un poquito. Tu trabajo es admirable, muy por encima de mis modestas posibilidades. Procuraré aprender.