sábado, 23 de octubre de 2010

Josefina Manresa, "Hija Adoptiva de Elche"












Si Miguel Hernández viviera, posiblemente se sentiría tremendamente emocionado al conocer la cantidad de actos que este año, al cumplirse el Centenario de su nacimiento, se han desarrollado en todo el mundo. Por derecho propio, el poeta que "llegó con tres heridas" ha sido reconocido en su justa medida como un genio de la poesía. Y ya siempre será así, si es que aún quedaba alguna duda al respecto. Hoy, gracias a Miguel Hernández, Elche es más culta, más importante... más grande. La ciudad que su esposa escogió para vivir junto con su hijo, se ha volcado en todos los eventos y, sin duda, se ha beneficiado de la aureola que emite el nombre del poeta. La ciudad de los dos Patrimonios (el Palmeral y el Misteri) ha querido -y ha sabido- incorporar otro más: Miguel Hernández. No puede negarse que, independientemente de que Orihuela, como ciudad de nacimiento, tiene sus derechos, Elche ha manifestado un conjunto de interés-amor que la capacita como otra cuna del poeta. Pero nada de esto hubiera ocurrido sin la presencia en Elche hasta el final de su vida de Josefina Manresa. Ella quiso que buena parte del patrimonio del poeta permaneciera aquí y estableció ese vínculo de Miguel con Elche que, lejos de debilitarse con el paso del tiempo, se ha ido fortaleciendo. Es por lo que consideramos necesario que la ciudad recuerde a esta mujer y grabe su nombre para siempre, para que permanezca y sea recordado. El título de "Hija Adoptiva de Elche" no significa más recompensa que un reconocimiento que, sin duda, no es para ella, sino para todas las generaciones de ciudadanos de esta ciudad, que se benefician de un patrimonio cultural extraordinario y que reconocen que con detalles como éste es como se hace justicia.

Josefina era una mujer sencilla, que no sé si entendería de este tipo de cosas, pero fue la musa que inspiró poemas tan hermosos como éste:

Ser onda, oficio, niña, es de tu pelo,
nacida ya para el marero oficio;
ser graciosa y morena tu ejercicio
y tu virtud más ejemplar ser cielo.
¡Niña! cuando tu pelo va de vuelo,
dando del viento claro un negro indicio,
enmienda de marfil y de artificio
ser de tu capilar borrasca anhelo.
No tienes más quehacer que ser hermosa,
ni tengo más festejo que mirarte,
alrededor girando de tu efera.
Satélite de ti, no hago otra cosa,
si no es una labor de recordarte.
¡Date presa de amor, mi carcelera!

1 comentario:

Azul dijo...

Estoy contigo en lo que escribes, se ha recordado a este poeta con mayúsculas en muchos países de habla hispana;es que sus palabras representan al pueblo mismo, vivó una corta vida; pero dejó un valiosísimo testimonio, que perdurará siempre, porque fue un grande.