Ayer, 25
de junio, en el salón de actos de Radio Elche SER, asistí a una conferencia
impartida por Francisco Escudero, Gestor del Legado de Miguel Hernández y –al parecer-
artífice del Museo Miguel Hernández-Josefina Manresa que recientemente ha
abierto sus puertas en Quesada (Jaén). Asistí a esta conferencia con una
opinión relativamente sólida de qué es lo que había ocurrido hace unos años, y
que acabó con la salida de Elche, por la puerta de atrás, del Legado del poeta
que Josefina Manresa había confiado a las autoridades de esta ciudad. Todo lo
que escuché en la conferencia sirvió para corroborar la opinión que yo tenía
formada al respecto: hubo un brazo ejecutor que propició el destierro –la nueva
condena- de Miguel Hernández. Sin duda, ese brazo ejecutor corresponde al
equipo de gobierno del Partido Popular comandado por la, hasta hace unos días,
alcaldesa de Elche, Mercedes Alonso y al gestor de Cultura Pablo Ruz. Pero, ¿sólo
ellos son los culpables de esta ignominia? Ahí empiezan a surgirme dudas, y es
por lo que pongo el título de esta reflexión entre interrogantes.
Como en el
argumento de cualquier obra de teatro, que Miguel Hernández entendería muy
bien, en este guión aparecen varios personajes, protagonistas unos y
secundarios otros. Hay un triunvirato formado por PSOE, PP, y Familiares del
Poeta, que son los protagonistas directos de la trama. Luego hay un coro de
secundarios, algunos con más protagonismo que otros pero que, en cualquier
caso, se encuentran situados entre el pueblo, que participa en la
representación al socaire de las indicaciones de los protagonistas-directores,
sin entender a ciencia cierta su papel, dejándose llevar por las opiniones
interesadas que les llegan, sin analizarlas en ningún caso, en un estado
letárgico que permite ser manejado sin problemas. Qué se negoció en las tres
bandas protagonistas, creo que no lo sabremos nunca. En aquellos momentos el
PSOE lamía sus heridas después de una derrota electoral. El PP saboreaba las
mieles de su triunfo y aprovechó ese momento para sacar, de entre sus más bajos
instintos, el de la revancha. ¿Y qué mejor revancha que expulsar de la ciudad
cualquier indicio de un poeta “rojo”? Si esto fue así, y parece que así fue, el
error es tan grave que habría que pedir responsabilidades a los responsables de
él. Porque no fue un error, sino un flagrante atentado contra la cultura y
contra toda la ciudad de Elche, que se ha visto privada de la presencia del
Legado de un poeta cuya fama no tiene parangón. Miguel Hernández es un genio
reconocido ya en todo el mundo, y Elche pudo ser una de sus estaciones, una de
sus principales sedes. Algo que ya no tiene remedio.
Y el
tercer actor: la Familia del poeta, ¿qué papel jugó? Ésta es la incógnita que
menos clara tengo. Sólo sé lo que ha publicado la prensa. Ayer el Gestor dijo
que a la Familia no se le permitió negociar. A la pregunta de si trataron de
sacar tajada económica, dijo que “rotundamente no”. Metidos en la vorágine de
dos partidos políticos enzarzados en peleas barriobajeras, alejados, uno y
otro, de la realidad, ignoro cuál fue el papel de la Familia. En
cualquier caso, eso sí, ellos han propiciado la salida de Elche del Legado. Si
tenían otras opciones o si jugaban otras cartas no sé si lo llegaremos a saber
algún día.
Ayer, al
final de la conferencia, habló el nuevo alcalde de Elche, el socialista Carlos
González. Manifestó que estuvo hace unos meses en Quesada, asistiendo al
montaje del museo, y que se le saltaron las lágrimas viendo lo que había
perdido su ciudad. No pude evitar que me vinieran a la memoria las palabras que
dijo la madre al rey moro, cuando perdió Granada: “Llora como una mujer lo que
no has sabido defender como un hombre”. Carlos González, creo recordar, era
Diputado en las Cortes de España. Imagino que algo pudo hacer y no hizo. Le
conozco y sé que es buena gente. Tal vez no pudo hacer nada. O tal vez no le
dejaron hacer. Ésta es otra incógnita. Pero lo realmente cierto en todo esto,
la única conclusión a que se puede llegar sin temor a equivocarse, es que del
papel jugado por todos, el resultado ha sido el más vergonzante desahucio
producido en esta ciudad, precisamente cuando la palabra desahucio está más de
moda. Y nadie, al parecer, hizo nada al respecto. La Cadena SER, que no ha emitido
ninguna opinión, que yo sepa, organiza esta conferencia unas semanas después de
las elecciones locales, precisamente cuando el PP desaloja la alcaldía de Elche.
¿Qué quieren que les diga? Me parece algo más que una casualidad. El Gestor
Cultural, Francisco Escudero, según la prensa de hoy mismo, dicen que suena
como nuevo Coordinador de Cultura en el Ayuntamiento de Elche. Otra casualidad.
¿Y las demás entidades que tampoco dijeron nada en su día? Siempre me ha dolido
el silencio de la Universidad Miguel Hernández, no lo puedo remediar. Ahora hay
otras entidades que se rasgan las vestiduras, y ponen dinero, para salvar a un
icono de la ciudad: el Elche C.F., pero, claro, esa es otra historia.
El menos
perjudicado en esta trama, sin duda, ha sido el poeta. Su nombre se ha visto
reforzado. Lo han recibido allí donde lo estiman y cuidan. El peso de la
ignominia contra él tramada, las consecuencias del pecado, recaen sobre el
pecador, a fin de cuentas la ciudad de Elche. Y esto ya no tiene remedio. Nos
queda, como a Carlos González, la vergonzante opción de llorar la pérdida que
no hemos sabido defender. A falta de coraje, lágrimas.