martes, 11 de noviembre de 2008

José Agustín Goytisolo


No recuerdo exactamente en qué año fue. El 197... y algunos. Un grupo formado por intelectuales, políticos y gente con inquietudes, decidió realizar un homenaje a nuestro "poeta maldito" Miguel Hernández (maldito y prohibido por el régimen franquista). El acto que mejor recuerdo, de aquel homenaje, tuvo lugar el Elche, junto al barrio de San Antón. Allí se formaron dos manifestaciones: la más numerosa la componían, cogidos los unos a los otros por el brazo, las personas que reivindicaban pacíficamente el derecho a leer y a reconocer libremente un poeta que ya era reconocido y admirado fuera de nuestras fronteras. La otra, la más fuerte y violenta, estaba formada por la guardia civil y la policía, que intentaban impedir el avance de la razón. Hubo una carga brutal y nos golpearon, nos persiguieron y nos dispersaron sin contemplaciones. Algunos buscamos refugio en el interior de uno de los bares del barrio. En este bar, me sorprendió un ruido de golpes muy fuertes y gritos que procedían del cuarto de baño, mientras que el dueño del bar miraba hacia allí lleno de preocupación. Poco después quedó claro el motivo del escándalo: se trataba del poeta José Agustín Goytisolo, que, frustrado por el mal trato que había recibido, descargaba su rabia contra las paredes y las puertas. Cuando al fin salió, estaba lívido y fuera de sí, mientras quienes le conocían intentaban calmarle.

José Agustín Goytisolo nació en Barcelona el 13 de abril de 1928, en el seno de una familia burguesa. En su infancia tuvo problemas con el padre, que parecía sentirse amargado por la muerte de otro hijo anterior, por lo que se refugió más en el amor y la defensa que le mostraba su madre. Con el estallido de la guerra civil, todo dio un quiebro en su vida. El padre fue detenido y más tarde perdió la vista; la madre murió en el transcurso de un bombardeo, acentuándose así el desamparo de José Agustín y de sus hermanos.

Cuando llegó a Elche, a la manifestación donde fue golpeado, ya era un poeta famoso. Paco Ibáñez, con sus canciones, había popularizado algunos de sus poemas. Desde hacía años, había ganado prestigiosos premios de poesía: 1954, Adonais. 1956, Boscán. 1959, Ausias March. El recuerdo de Julia Gay -su madre- prevaleció siempre en él. Cuando nació su hija, la llamó Julia y, más tarde, en uno de sus más famosos poemas, que luego cantaría Paco Ibáñez -Palabras para Julia- parece unir en amor a las dos mujeres.

Palabras para Julia

"Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable,
hija mía es mejor vivir con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada,
te sentirás perdida o sola,
tal vez querrás no haber nacido,
yo se muy bien que te dirán que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado,
entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.

Un hombre solo
una mujer
así tomados de uno en uno
son como polvo
no son nada,
pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otros hombres,
tu destino está en los demás,
tu futuro es tu propia vida,
tu dignidad es la de todos,
entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino,
nunca digas no puedo más y aquí me quedo,
la vida es bella
tú verás como a pesar de los pesares
tendrás amor
tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es será todo tu patrimonio,
perdóname no sé decirte nada más,
pero tú comprende que yo aún estoy en el camino,
y siempre siempre acuérdate de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso
".

Hombre vitalista, acostumbrado a afrontar la vida sin complejos mientras se sintió fuerte, parece que, al final, la vida pudo con él. Después de algunas depresiones, cerró voluntariamente su ciclo arrojándose desde el balcón de su casa el 19 de marzo de 1999. Al día siguiente, impresionado y dolido al conocer la noticia, me atreví, con mi torpe aliño poético, a dedicarle estos versos:

NO SE QUEBRÓ TU VOZ

No se quebró tu voz.

Aunque tu cuerpo
se haya roto contra el suelo
y de pasión, sueños y amor
quedó vacío...

No.
No se quebró tu voz.

Aunque tu boca,
ya sellada para siempre,
se acoja al privilegio
del silencio...

No.
No se quebró tu voz.

Elegiste ser libre ese momento
y apagaste las luces de tu vida.
Dejaste al mundo herido con tu herida
y huérfano de ti...

Pero tu voz quedó.

Y quedó para siempre
entre nosotros
como la herencia
que nos has legado.

Van con ella tus sueños,
tus anhelos,
tus vivencias, tu amor,
tus desventuras...

Sólo tú ya no estás,
aunque sigues estando,
pues no muere un poeta
cuando deja su voz.

Tu cuerpo ya se ha roto,
mas en tan duro empeño,
no,
no se quebró tu voz.

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